Cómo Vivir en la Abundancia de Dios
“De cierto te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.”
Génesis 22:17-18

1. De las Cenizas a la Belleza
“Ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el mensaje del cual dieron testimonio; no valoraron tanto su vida como para evitar la muerte.”
Apocalipsis 12:11
Dios pone líderes y pastores en nuestras vidas para ayudarnos a crecer y a elevarnos. Así es como Él nos levanta de las cenizas de nuestro pasado y comienza a escribir una nueva historia. Lo que el enemigo intentó destruir, Dios lo convierte en un testimonio de Su bondad. De la ruptura a la sanidad, de la ira a la compasión, de la falta de perdón al perdón—nuestras vidas se vuelven prueba viviente de Su abundancia.
2. Tu Vida es una Historia
“Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.”
2 Corintios 3:2-3
Nuestras vidas cuentan la historia de Jesús. Aun antes de nacer, Dios ya tenía un plan para redimirnos y hacernos una bendición. No importa cuán rotas hayan estado las cosas, Dios puede reescribirlo todo en una historia de victoria y esperanza. La gente mirará nuestras vidas y dirá: “¡Mira lo que el Señor ha hecho!”
3. Bendecidos para Ser de Bendición
“A los ricos de este mundo mándales que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.”
1 Timoteo 6:17
La abundancia no es algo que debamos temer ni evitar—¡es idea de Dios! Él nos bendice para que podamos disfrutar de Su bondad y para que Sus bendiciones fluyan a través de nosotros hacia nuestras familias y otros. Cuando entendemos esto, dejamos de ver la abundancia como algo egoísta y empezamos a verla como parte de nuestro propósito: recibir de Dios y dar a los demás.
4. Decir “Sí” a Dios
“Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.”
Proverbios 3:5-6
Vivir en la abundancia de Dios significa confiar en Él por completo—aun cuando las cosas no tienen sentido. Sus caminos son más altos que los nuestros, y cuando le decimos “sí”, abrimos la puerta para que Sus promesas se cumplan en nuestras vidas. A veces se siente incómodo o incluso arriesgado, pero cada paso de fe nos acerca a la vida abundante que Él ha preparado para nosotros.

PENSAMIENTOS FINALES
Dios nos bendice para que Su bondad fluya a través de nosotros hacia los demás.
Él toma los pedazos rotos de nuestro pasado y los convierte en testimonios de Su fidelidad.
Cuando le decimos “sí”, Él nos guía hacia la abundancia que prometió—rebosante de bendición, gozo y propósito.